Con una tradición panadera que se remonta a cuatro generaciones, nuestra familia se enorgullece de mantener viva la esencia de la elaboración artesanal en todos nuestros productos. Desde el inicio de nuestro recorrido, hemos priorizado la selección de materias primas de primera calidad y el cuidado minucioso en cada etapa de producción, garantizando así la satisfacción de nuestros clientes y la de quienes formamos parte de este proyecto.
Nuestra primera tienda abrió sus puertas en 1991, siguiendo la visión y dedicación de Don Esteban López de Haro Ruiz, precursor de nuestra tradición panadera. Ante la creciente demanda, inauguramos una segunda tienda en 1996 y una tercera en 2001. Lamentablemente, esta última tuvo que cerrar en 2020 debido a las circunstancias excepcionales provocadas por la pandemia de COVID-19.
Cada una de nuestras tiendas está equipada con la maquinaria necesaria para garantizar una operación autosuficiente, ofreciendo siempre el mejor servicio a nuestros clientes. Nuestra bollería, pastelería y galletería destacan por el esmero de nuestros responsables en estas áreas, quienes no escatiman en la calidad de las materias primas para ofrecer productos que cumplen con los más altos estándares.
Lamentablemente, no contamos con productos sin gluten. Por razones de seguridad y debido a la posibilidad de contaminación cruzada, hemos decidido no ofrecer estos alimentos para proteger a nuestros clientes.
Seguimos comprometidos con la tradición, la calidad y el cuidado en cada detalle de nuestra producción, con el objetivo de ofrecer siempre lo mejor a quienes confían en nosotros.